Un compañero de trabajo, con la mejor cara de Russell Crowe en Una Mente Brillante, me acaba de decir "5 + 7, 13".
Abrí los ojos, le dí 4 segundos para que se rectifique, pero no.
Totalmente resignado, y casi dándole la espalda, solté un soberbio y evidente "12, David, 12".