Cuando tu verdadera vocación te está llamando y vos dejaste el tubo descolgado
Hay algunos días que traigo el morral a la oficina y ni lo abro. No tengo absolutamente nada que necesite. ¿Por qué lo traigo? Queda mal caer con todo lo que sí necesito en los bolsillos y, caminando por la calle, el morral cruzado es re banana.