Hay gente acá que sólo piensa en archivar. Archivar qué o cómo no parece importarles mucho.
Si pudiera tener una conversación conmigo mismo, 8 años atrás, cuando estaba trayendo el papelerío para entrar a este trabajo, me diría un paternal: "Nah...no seas boludo...", acompañado de un necesario churrascazo en la nuca.
Ella: ¿Te vas a comer? (ilusionada)

Yo: NO (seco como un vaso de arena)

Ella: Ah...(decepcionada)

Yo: ¿POR QUE? (seco como un vaso de arena)

Ella: No, por nada (mosquitamuertamente)

(la miro y levanto la seja tipo "no cambiás más, forra")

Ella: Si te ibas te iba a pedir que apagues esa música

Instantáneamente, Slide Away comenzó a sonar más fuerte, mientras giraba la perilla del volumen con los ojos cerrados y balanceando el balero al ritmo de los hermanos más famosos de Manchester.
Cada vez que me tengo que acordar de subir algo al blog, y teniendo en cuenta que los copados de Sistemas bloquearon blogger.com, me mando un mail. Despues copio y pego. Exactamente lo que estoy haciendo ahora.
Creo que si tendría el control remoto de Adam Sandler, el botón que más usaría en esta oficina sería, sin dudas, el MUTE. El Fast Foward no sale del podio. Llego, me siento, aprieto FF y a casa.
La empanada es el almuerzo de delivery por default.
Hace ya varios días que me olvido la cámara de fotos en casa. Es una pena, con todo lo bizarro que hay para mostrar en el reducto laboral.
El fax no anda.

Me chupa un huevo, nadie nunca manda un fax (maldita tecnología noventosa).
Cada miércoles, bajo al 1º piso y comento con la encargada del Servicio de Cocina las fotos, títulos y frases citadas en negrita de la revista PRONTO. Tengo que reconocer que disfruto mucho hacerla reir, teniendo en cuenta la cara de orto con la que se pasea por los pasillos.
Levante la mano el que conoce un chico de Sistemas que te mire a los ojos cuando te habla.

¿Nadie? Lo sabía.

Un Transformer en la Oficina



Despensatron Placarius
¿Qué cantidad de centímetros transforma al “pelo larguito, con onda” en “desprolijo hijo de mil puta”?
La actitud fin de semana arranca con el primer bostezo del viernes.
Mi oficina es pro-sahumerio.
Soy el encargado de comprar los útiles para toda la Gerencia. Hoy me pidieron un lápiz goma. Me surgieron 2 preguntas:
1. ¿Existen todavía?
2. ¿Cómo es que te dá la cara para pedir eso?
Hay algunos días que traigo el morral a la oficina y ni lo abro. No tengo absolutamente nada que necesite. ¿Por qué lo traigo? Queda mal caer con todo lo que sí necesito en los bolsillos y, caminando por la calle, el morral cruzado es re banana.
Mi oficina vista por una cucaracha.

Señalización II

No. Tampoco trabajo en Jurassic Park.
Aunque pensandolo bien...
El “casual friday” hoy vino particularmente “casual”.

Ránking

Lugar más observado de la oficina durante un día laboral.
Los jefes tendrían que tener bien en claro que de 15:00 a 17:00 horas, los días viernes, se hacen los cambios del Gran DT. No tendría que hacer falta minimizar la ventana de la página cada vez que se aproximan a la pantalla.
Hoy, según mi taco/calendario es San Anselmo.
¡¡Feliz día a todos los Anselmos!!

Ahora sí, ni el apellido con más onda del mundo levanta esa cagada de nombre.
Me da por sonreir cada vez que pienso que nadie puede estar imaginando que estoy escribiendo ESTO.

Señalización

No. No trabajo en una pileta.
Lo primero que pensás cuando te descubrís la bragueta abierta es cuándo fue la última vez que fuiste al baño y por donde te anduviste paseando.
Horrendo, triste, heredado y único.
Señoras y señores, el cuadrito de la oficina.
Si te sacás un moco durito en la oficina y nadie lo ve, ¿realmente te lo sacaste?
Ella (Tímidamente): ¿Podés cambiar la música?

Desaprobando el comentario, la miro y vuelvo a bajar la mirada.

Ella: Dale...¿la podés cambiar?
Yo: Si me argumentás la respuesta la cambio.
Ella: Me estoy quedando dormida, me gustaría escuchar algo más arriba...

Estaba sonando Welcome to the Jungle de los Gun´s & Roses.
La interferencia del celular en los parlantitos de la compu se está poniendo insoportable.
¿Qué cara ponés cuando sabés que la mujer de un compañero lo está cagando a pedos via celular y vos estás ahí…viendo como entrecierra los ojos pensando como la lastimaría si la tendría a mano?

Me roban plata del trabajo, de la cual yo era responsable para la compra de útiles, de mi cajón. Siento que soy el culpable por haberla dejado sin llave, me hago cargo, la repongo, el tema muere ahí.
A la semana, me roban un Ferrero Rocher. De un paquetito de 3, hay solamente 2. O sea, no solo se comieron MI bombón, sino que abrieron el paquete descaradamente.
Escándalo. No me culpo a mi mismo, culpo a la puta persona que limpia la oficina a la madrugada. Soy el último que se va y el primero que entra a la oficina…
A partir de ese día en ese mismo cajón (escena del crimen) duerme una hoja A4 con la siguiente inscripción:

VOLVES A ABRIR EL CAJON Y TE CORTO
LA MANO PEDAZO DE PUTA / PELOTUDO
(¿¿TAN RATA SOS QUE NI UN FERRERO
ROCHER TE PODÉS COMPRAR??
LO DE LOS $150 LO ENTIENDO…PERO ESTO
ES DEMASIADO, HIJA/O DE UN VOLQUETE
LLENO DE PUTAS)

A ver qué le pasa por la cabeza la próxima vez que esté buscando plata o azúcar donde no le corresponde.

Un compañero de trabajo, con la mejor cara de Russell Crowe en Una Mente Brillante, me acaba de decir "5 + 7, 13".
Abrí los ojos, le dí 4 segundos para que se rectifique, pero no.
Totalmente resignado, y casi dándole la espalda, solté un soberbio y evidente "12, David, 12".

Papel tapiz de la Semana

Lio nuestro, que estás en los cielos...
Santificado sea tu nombre.
Si se te escapa un pedo sin ruido en la oficina (elegir una opción):
a) confesás.
b) ponés cara de póker.
c) te ponés colorado.
d) hacés que no olés nada.
e) fruncís el seño mirando a un posible sospechoso y buscás una mirada cómplice.
f) sos el primero en esbozar un “¿quien se garcó?”.
g) todas las anteriores en el orden D, B, F, E, A, C.
Los víveres, poco a poco, van ganando otro estante.
Estuve evaluando la posibilidad de mandar apocalípticamente a todos al carajo en la oficina.
Casi instantáneamente cai que, por más lejano que parezca, el lunes tengo que volver.
Advertencia: no intenten imitar la voz de Eros Ramazzotti cuando un tema suena en la radio en horario laboral, van a pasar un papelón irremontable.
¿Cuán aceptada está la camarilla dentro del puesto de trabajo? ¿Me importa? No.
Si te gusta desabrocharte el cinturón para mear no usés el mejitorio. Entrá al cubículo y cerrá la puta puerta.
Veo mi porta lapiceras, o cómo se llame. Analizo todos los aspectos de mi trabajo en el lapso de 5 segundos con el seño fruncido y los ojos mirando en diagonal hacia la derecha, al punto vacio que une al cielo razo con la pared .
Cruzo la información.
No hay chance que necesite una trincheta*, en absolutamente ninguna circunstancia laboral. Salvo
para armar este DeLorean:

*Glosario Cool: Trincheta = Cutter
Las pava eléctrica de la oficina de al lado, no calienta un carajo.
Mi manera de hacerme el ocupado es poner cara de serio, enfocar la mirada en el monitor, juntar las manos, sacar los labios para afuera, lentamente llevar las manos hacia la boca y antes de que lleguen a destino, tipear cualquier cosa en el teclado (lo importante es el ruidito de las teclas), y ascentir con la cabeza con cara de “soy un genio”. No falla.
Hay pocas cosas tan cómodas como desubicadas que subir los pies al escritorio.
Extraño jugar con la bolita de adentro del mouse como si fuera una pelota de fútbol y mis dedos los pies de Cristiano Ronaldo.
Además el mouse óptico da gay.
Hoy empecé a pensar excusas para irme del laburo a ver partidos del Mundial.
Siempre que una mujer entra a la oficina de mi jefe y cierra la puerta fantaseo un desenlace sexual.
Quemado por el porno estoy.

Papel Tapiz de la semana

Campanella, cuando sea grande quiero ser como vos.
Cada vez que salimos a almorzar con los muchachos y pagamos la cuenta “a la romana” siento que comi menos que el resto.
Uso, y mucho, la fotocopiadora de la oficina para asuntos personales.

Puntapié inicial

¿Cuándo uno debe dejar un trabajo en el que está cómodo con el horario, cobra bien y le da tiempo para hacer algunas otras cosas? ¿otra oferta laboral? ¿el llamado de la verdadera vocación?
¿Y si esa “verdadera vocación” tampoco resulta tan fácil de ver? ¿Hay que analizarla desde la comodidad del indeseado trabajo o zambullirse en la inseguridad de que no se trate solamente de una falsa alarma?
Mientras lo averiguo, voy a escribir cualquier tipo de idea, cuestionamiento, observación y altercado completamente evitable que suceda en las 8 horas de las que consta mi horario laboral.